NADA más oírse el timbre que daba por finalizada la
clase, él les dijo:
—Adela, Luc, Nico, quedaos un momento, por favor.
Los tres aludidos abrieron primero los ojos y después
se miraron entre sí. El que menos, se aplastó en
el asiento como si acabasen de pegarlo con cola de
impacto. El resto de los alumnos se evaporó en cuestión
de segundos. Algunos les lanzaron miradas de ánimo
y solidaridad, otros .............
Descargar libro completo
clase, él les dijo:
—Adela, Luc, Nico, quedaos un momento, por favor.
Los tres aludidos abrieron primero los ojos y después
se miraron entre sí. El que menos, se aplastó en
el asiento como si acabasen de pegarlo con cola de
impacto. El resto de los alumnos se evaporó en cuestión
de segundos. Algunos les lanzaron miradas de ánimo
y solidaridad, otros .............
Descargar libro completo

No hay comentarios:
Publicar un comentario